Esta mañana el general Páez fue a la municipalidad a juramentarse (pero no sé sobre qué juró) como jefe Civil y Militar de Venezuela. S. E. dice que para convencer de la sinceridad de sus intenciones en esta revolución a quienes dudan de ella, ahora publica la correspondencia que mantuvo tanto con Bolívar como con Santander antes de la revuelta, así como otras cartas dirigidas a ambos desde entonces. Visité al intendente por la tarde. Me asegura, como un hecho, que se ha abandonado totalmente el propuesto contrato de las armas, pero que se prosigue la fabricación de lanzas para prepararse en caso de ataque enemigo, pues es deber de Páez como jefe militar poner al país en un estado de preparación, con el menor gasto posible, en que pueda hacer uso de sus recursos si se requiere. La sesión de los diputados se celebrará el día 12, y el intendente opina que Bolívar no vendrá inmediatamente a Caracas sino a Bogotá, para dar allí su opinión de lo que piensa hacer a consecuencia de los últimos acontecimientos. La mayor parte de la gente culta, igual que la clase más baja, le mira con tanto respeto que espero que su voluntad detenga a los alborotadores revolucionarios, pues con Páez hay muchos que son enemigos del presidente. El señor Nevett cenó conmigo.