El doctor Murphy, médico del general Páez, ha venido a despedirse de mí. Me informó que el intendente había renunciado y que, por bando, se había proclamado la Ley Marcial en el departamento esta mañana por orden del jefe, como consecuencia de la deserción de Puerto Cabello, que parece más grave de lo que el capitán Rola me quería hacer creer anoche. El doctor cree que Páez los reducirá por la fuerza si no abren las rejas inmediatamente. Sale de Caracas a las 4 del día de hoy. Presiento que este fantasma de Estado independiente, se disolverá en cuanto se desenvaine una espada. El partido en federación acusa al intendente de ser responsable en alto grado, por sus intrigas y oposición ininterrumpidas desde el 30 de abril, de la deserción de esta guarnición así como de la del regimiento Apure. El jefe Civil y Militar, tan pronto como se enteró de la revuelta en Puerto Cabello, envió a buscar al doctor Mendoza y le hizo responsable abiertamente de las dos, añadiendo que su conducta había estado en oposición tan constante a la causa popular, que cuanto antes se fuera de Colombia, mejor, y que no pasara de ocho días. Esto sucedió ayer, y esta mañana se proclamó la Ley Marcial por bando en toda la ciudad y deberá extenderse a todo el departamento. El joven Mendoza vino a verme esta mañana para avisarme de que su padre me visitaría por la noche —cosa que hizo como a las 7—, y me impuso de la circunstancia antedicha, diciendo que se proponía ir a Saint Thomas y esperaba que el buque correo llegase a La Guaira antes de que expirase el plazo que le había dado el general Páez para salir del país. Estuvo reservado, y no se quejó de nadie, pero lamentaba tener que emigrar una vez más y dejar a su numerosa familia. Me dijo que un tal doctor Echezuría había sido nombrado en su lugar esta mañana, y que un tal coronel Arguindegui #001-0156 era el nuevo comandante militar. Este último es un llanero, y como ahora tiene la ley en sus manos, las perspectivas para quienes se oponen a Páez son sombrías. El señor Ward subió de La Guaira para jurar acerca de unos documentos relativos a la colonia del Topo. Me dijo que el señor Hurry le había escrito informándole que el Foreign Office le había remunerado por sus servicios cuando se desempeñó como vicecónsul durante 16 meses, con la suma de £400. El señor Diac y el señor Williamson cenaron conmigo. El buque llegó hoy a las 2. No ha llovido. Termómetro, 22 a las 7 y 24, a las 4.