La señora Bolívar me envió esta mañana una proclama fechada en Guayaquil el 13 y firmada por Bolívar —dirigida a los colombianos—, pero no sé cómo ha llegado a Caracas pues no ha habido correo de Bogotá, y si hubiera venido directamente de esa, hubieran venido sin duda otros detalles con ella. De modo que creo que es un invento de sus amigos para remover un poco lo de su proximidad. No obstante, sea o no inventada, creo que debería haber ofrecido algo más preciso y más digno de la noble reputación que le han valido sus declaraciones durante estos veinte años. Aquí está la obra, y es probable que dentro de algunas semanas tenga a mano la proclama verdadera. El coronel Carabaño bajó a La Guaira, pero no se conoce el objeto de su visita. No hay policía en Rusia que sea ni la mitad de estricta en mantener al pueblo silencioso en política, como lo es el miedo de una orden desesperada y beoda del comandante de armas. Los miembros de la Alta Corte salieron de Caracas para Valencia. Cuál sea el objeto de este cambio, lo ignoro. Espero que sea solo temporal, o tal vez Páez quiera tener a los poderosos en intelecto y peso de la provincia a su lado, de modo que cesen las intrigas mientras está ausente. Velada en casa del señor Rojas. Nada nuevo. Termómetro, 22 a las 7 y 23, a las 4. Llovió muy fuerte durante toda la noche.