Nos llegó correo de Bogotá fechado hasta el 9 de marzo. El coronel Campbell escribe: «no tenemos nada nuevo pero los ánimos están considerablemente agitados en vista de las medidas de Bolívar y los pasos que ha dado al promover los partidarios de Páez; y es tan profundo su prejuicio que mucha gente se imagina que tiene el deseo de desbaratar la Constitución y establecer la Monarquía». Una carta que yo recibí por el mismo correo cuenta que algo nuevo y memorable ha ocurrido en Lima (suponiendo que sea cierto, que quizá no lo sea): que ha estallado la revolución allí, que se ha anulado la Constitución Boliviana y que todos se han declarado a favor de la Constitución de 1823, con Santa Cruz a la cabeza de la revuelta; que se ha obtenido el respaldo de las tropas colombianas, que han sido depuestos los generales Lara y Sardi y despachados a Buenaventura, y que se ha dado el mando principal a un tal coronel Bustamante. Si es así, pronto tendremos en Colombia el mismo espíritu separatista, y creo que dentro de tres meses cada Estado declarará su propia independencia y Código, siempre y cuando el vicepresidente no abdique. Pluviómetro 69. Llovió bastante hoy. El señor Williamson, cónsul americano, cenó conmigo. Por la noche fui a ver al doctor Coxe. Termómetro, 22 a las 7 y 23 a las 4.