Fui a caballo a El Trapiche, residencia campestre de Bolívar. Desayuné con él. Mientras tanto habló largamente y con melancolía sobre acontecimientos públicos, pero más particularmente de la ingratitud e intrigas de Santander, el vicepresidente, quien le debe a Bolívar el haber surgido en la vida y cada unos de los pasos siguientes, incluso el de haber llegado a ser el segundo de la república. El Libertador atribuye a sus intrigas los recientes cambios en el Perú así como la creciente convulsión actual en Bogotá. Parece tener pocas dudas de que el rencor [de Santander] hacia los venezolanos y hacia él traerá rápidamente una declaración, en la sede del Gobierno, de separación y de transformación del Reino en Estado Independiente con Santander a la cabeza. Este acto de dislocación (y puede llamársele acto de rebelión) autorizará totalmente a Bolívar a hacer lo mismo con este departamento. De hecho, tanto las finanzas como la confusión de gobierno y opiniones privadas de los dirigentes de las diferentes provincias han puesto a S. E. en tal estado de espíritu que no sabe qué paso dar. Si Bogotá comete el acto que él prevé, entonces creo que el Libertador se verá obligado a hacer algo muy fuerte, pero espero que no vayamos a tener una guerra civil. Puede que su enemigo tenga la temeridad de iniciarla, pero el nombre de Bolívar y su influencia pronto le pondrán fin, mas ¡ay!, los nativos quieren principios y estabilidad, así como confianza en quienes dirigen sus destinos. Una mano de hierro y una espada afilada, usadas con prudencia y temple, harían a Colombia respetable en medio siglo, pero así como está gobernada y constituida hoy en día, dice Bolívar que será presa tanto de sus hijos como de los de otros países, y antes de que transcurra mucho tiempo será un desierto en la faz de la tierra. Bolívar tiene la suerte de que el ministro británico esté a punto de llegar a Caracas, y de que se vaya a quedar aquí tanto tiempo como él. Tal acontecimiento señalará que el Libertador está en la sede del Gobierno, y no en Bogotá. Plegarias en casa del coronel Stopford. Velada en casa de O’Callaghan. Cayó gran cantidad de lluvia entre las 7 y casi las 10. Termómetro, 23 a las 7 y 24 a las 4. El pluviómetro se ha roto.