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Capítulo IV Páez, el hombre fuerte
1827 julio 06 - 1829 diciembre 31
Páez, el hombre fuerte
1827 julio 06 - 1829 diciembre 31
Subcapítulos
Caracas - La Guaira

Salí de Caracas a las 5 de la mañana para ir a visitar al señor Hurry en La Guaira. El paseo fue delicioso y refrescante. El valle de Caracas parecía un gran lago o una extensión de agua que repentinamente hubiera inundado el lugar, pues nada podía verse de sus preciosos rasgos salvo las torres de las diferentes iglesias que se alzaban por encima de la ciudad. Ni pluma ni lápiz podrían dar una idea de la singularidad de la escena, sobre todo porque el viento era bastante fuerte y parecía rasgar en furiosas corrientes este mar de aire en muchos puntos cerca de la boca de los gigantescos barrancos de La Silla, y hacía subir el vapor en torbellinos por sus laderas hendidas, con la más terrible velocidad, hasta que su forma evanescente se perdía en el claro y transparente azul de las alturas del cielo. Llegué al puerto a las 9 y fui muy amablemente recibido por el vicecónsul. El tiempo estaba deliciosamente fresco, en comparación con lo que había experimentado la última vez que estuve en La Guaira. El termómetro marcaba 27 grados, pero el tiempo había estado extremadamente húmedo estos últimos días. Llegó un barco de Marsella trayendo la información de que la flota del bajá Ibrahim había sido destruida en la bahía de Narino 1(Navarino.) por las flotas combinadas de Inglaterra, Francia y Rusia en defensa de los griegos.

Vino un grupo numeroso a cenar, y, sin duda, este Día de Navidad pasó mucho más agradablemente que los dos anteriores. Durante el día subí andando hasta la batería más alta de la línea sudeste que domina a la ciudad. La vista es hermosa sobre el indefinido horizonte de la expansión del océano. Estas obras están excelentemente construidas, pero me parece que la primera y la segunda deberían ser suficientes para cualquier defensa que pudiera requerirse. La tercera y cuarta son más ornamentales que útiles.

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