Plegarias en casa del coronel Stopford. Se informa que el general Mariño ha estado intrigando (¡oh! es un sinvergüenza inútil) con Monagas, y parecería que todas sus maniobras poco militares durante el avance hacia la provincia de Barcelona para oponerse al grupo rebelde, han sido de todo menos bélicas, o siquiera acordes con el espíritu de sus órdenes. Prueba de ello es el hecho de que —sin autorización de ninguna clase— haya concluido un armisticio con el general Monagas, y desde este vergonzoso acto haya sido elaborada un acta en la ciudad de Barcelona (siempre en interés de Monagas) proclamando al general Mariño presidente del Estado de las Provincias Orientales de Venezuela y vicepresidente al general Monagas. Así están las cosas en esa zona, hasta la esperada reunión de Páez con el héroe de los descontentos en Chaguaramos, que ha sido fijada para el 25 del mes actual.
Las noticias de Bogotá dicen que el general Obando ha entrado en ella y que Urdaneta, al ver terminada su autoridad, se está preparando para entregar el mando al nuevo vicepresidente constitucional neogranadino y, por consiguiente, ha solicitado al pueblo de la provincia de Mompox así como a otros, que reconozcan el sistema antiguo. Y siguiendo consejos secretos de Urdaneta, el general Justo Briceño, con una división de 500 hombres estacionada cerca de los valles de Cúcuta, ha decidido respaldar el llamado invadiendo Venezuela, y esto, conjuntamente con la facción de Guayana o Maturín si es que se intenta la invasión, dará un mayor impulso a nuestra desgracia actual y a la creciente desolación. Se indica además que la ciudad de Cartagena se rindió al general Luque el 28 de abril. Todavía no se tienen detalles, ni se sabe qué ha sido de los generales Silva y Montilla. El coronel Stopford y el señor Adams, Mocatta y Alderson cenaron conmigo.