Los sabios jueces de la Corte Suprema de Justicia sesionaron hoy en la demanda judicial, ya de muy vieja data y de inicua reputación, entre un tal [doctor Mariano] Echezuría (hipócrita connotado) y la Casa de Powles & Co. El señor Ward, que representa a la firma, supo, bajo cuerda, que se fallaría a su favor, pero que los costos tendrían que dividirse entre los litigantes, lo que es una prueba más de lo poco que se hace justicia cuando las predilecciones nacionales están en la balanza. La opinión general es, desde hace meses, que este viejo sinvergüenza debe ser condenado a todo, incluyendo los costos. No hay lugar donde el soborno y la corrupción sean mayores que en este país. El demandante fue Echezuría, contra el agrimensor de la hacienda, con el pretexto de que no la había medido de acuerdo con la ley ni con los reglamentos de medidas legales. Esta finca había sido adjudicada en primer lugar a Powles & Co. por violación de acuerdo por parte del nativo, pero este insistía en que había territorio que, si se medía correctamente, valía el doble de la suma que ya había recibido; o sea que quería que la finca en cuestión fuera medida según su configuración, y no horizontalmente como se había hecho, por lo que afirmaba que Ward le había robado 103.000 dólares, que era el valor de la superficie no medida hacia arriba y hacia abajo, que él reclamaba. Este moderado individuo ya había recibido de Powles la suma de 109 mil dólares, y el valor y costo original de la finca era solo de 30.000: y dice que los ingleses le han arruinado. Llovió durante horas y más horas esta tarde.