Fui a visitar al general Montilla, que es persona muy caballerosa, y de modales bastante europeos. De ahí fui a ver al Negro Briceño 1(Apodo amistoso del abogado Domingo Briceño Méndez. Su hijo, José Briceño Carmona, se casó con Rosalía Álamo y, después de la muerte de esta, se casó con Zoila Llamozas de Tovar) para felicitarle, así como a su esposa, por la boda de su hijo con la señora Álamo. A continuación me dirigí bajo el sol ardiente a ver al general Páez, que estaba en la gallera, a donde no le seguí. Es una agradable diversión dominguera, pero tanto presidentes, como curas, como pobres, todos acuden a esta arena en este día sagrado. El señor Lord subió a Caracas hoy, por segunda vez en nueve años, a fin de consultar al doctor Vargas sobre su salud.