Ayer por la mañana el general Páez salió de Caracas para Valencia y los llanos, acompañado por su Estado Mayor. Se dice que fue a sondear a los llaneros acerca de la propuesta expedición a Puerto Rico, y creo que la visita de Bolívar a Barinas, etc., queda aplazada hasta que sepa con seguridad el desarrollo de la política de Inglaterra hacia Portugal. Los informes de Bogotá y, según entiendo, cartas de Santander recibidas por su excelencia hablan un lenguaje nada agradecido ni respetuoso como consecuencia de la conducta pacífica del Libertador hacia quienes estuvieron involucrados en las recientes conmociones, condenando fuertemente el que no haya castigado a los rebeldes como se lo merecían. El vicepresidente, al igual que los de la capital [Bogotá], es demasiado débil como para mostrar sentimientos más hostiles tanto hacia la indulgencia de Bolívar como hacia su departamento, porque si no, no dudaría en hacerlo. No me sorprendería si las cosas terminasen como han empezado, con una república venezolana, otra del Reino #001-0192 y una tercera de Quito, todas bajo el gobierno supremo de Bolívar. Con el carácter relativo de su pueblo, y su odio, envidia y malicia hacia todos los demás, el país nunca podría permanecer como una sola república. Por la noche fui a visitar al señor Ackers. Termómetro, 20 a las 7 y 22 a las 4. No ha llovido.