Hoy llegó el correo de Bogotá. Todavía no hay noticias de la proximidad de Bolívar. Los periódicos estaban fechados el 28 de julio. El Conductor, del que es guardián y director principal el vicepresidente, trae un artículo que propone la separación de Venezuela de la Nueva Granada. Qué extraordinariamente mal elegido el momento para tal proposición, cuando todos están esperando con paciencia y resignación, bajo el actual sistema dislocado y débil de gobierno por el que se arrastra la república. Tengo entendido que la alarma que este periódico constitucional ha sembrado en la capital es extraordinaria. El momento está tan mal elegido que si el vicepresidente vuelve a hacer con su pluma demostraciones en cuanto a sus deseos en ese sentido, serán muchos los venezolanos que lo apoyen a gritos, pero el resultado volvería a ser la anarquía; y no me cabe duda de que Bolívar se vería obligado a empuñar el garrote despótico, y entonces, adiós a la Gran Convención y a la mal concebida libertad e independencia de Colombia. No obstante, espero que, como tantas efusiones insultantes y revolucionarias así como otras rimbombantes, estas y otras minadas tendentes a desacreditar al Libertador indirectamente, al igual que la subversión del gobierno actual, todas, digo, resulten ser vanos epítetos. Porque si el momento actual en manos de Bolívar se pierde, también se pierde el Estado y probablemente, entre sus ruinas, la vida del único ser que puede salvarlo.
Calor extremo, y una fuerte tempestad. Velada en casa del señor Sprotto, a la que asistimos los pocos [ingleses] de Caracas. Termómetro, 23° a las 7 y 26 a las 4.