Esta mañana llegó el correo de Bogotá trayendo noticias hasta el 23 último. El Libertador hizo su entrada en esa el día 10 por la tarde. Aproximadamente a una legua de la ciudad fue recibido por las autoridades del departamento, quienes se dirigieron a S. E. en términos expresivos de las esperanzas que abrigaban en nombre del pueblo de Cundinamarca, afirmando que ese día sería el preludio del restablecimiento de la armonía entre los miembros de la gran fraternidad de Colombia, y el alba de una nueva era de la prosperidad de la república. El general Bolívar en su respuesta declaró sus sinceros deseos de dedicar sus servicios a su país, y sus esperanzas de que pudiese ser el medio de restablecer la tranquilidad y reanudar los vínculos de unión que, lamentablemente, se habían roto. Poco después S. E. fue recibido por una delegación del Congreso, que le informó que el organismo legislativo estaba reunido y le estaba esperando para recibir su juramento como Primer Magistrado del Estado. Acompañado por las autoridades y una inmensa multitud de todas las clases, el Libertador se dirigió a la iglesia de Santo Domingo donde estaba reunido el Congreso. Allí hizo el juramento que prescribe la Constitución, después de lo cual se dirigió a él el presidente del Senado con cierta extensión, a cuyo discurso él respondió. De allí se dirigió al palacio, donde le recibieron el vicepresidente, los ministros, los miembros de la Alta Corte, etc. El vicepresidente, al entregar el Gobierno, felicitó al Libertador en su llegada y expresó las esperanzas que abrigaba en común con sus coterráneos y toda la nación de que se restablecería el orden y que no se defraudaría al pueblo en la confianza que había depositado sobre S. E. El general Bolívar respondió que había sentido gran placer ante las demostraciones de afecto que había recibido del pueblo de Bogotá, y que tenía la intención de ser guiado en su gobierno por la Constitución hasta que el pueblo reunido en la Gran Convención resolviera sobre las instituciones que le regirían en lo futuro. La armonía del día se cerró con un gran festival ofrecido por la municipalidad.
Desde el día de la llegada del Libertador hasta las fechas más recientes las cosas están aproximadamente en el mismo estado. El general Santander ha ido a visitar dos veces al presidente y ha sido recibido con fría reserva. Wilson me dice que [Santander] está tan mortificado que quiere retirarse a su hacienda, donde sin duda empezará a intrigar para los tiempos no muy distantes de la reunión de la Gran Convención. Las opiniones privadas del general Bolívar sobre esta asamblea son: que se pondrán sobre la mesa tres sistemas para discusión, a saber el federalismo, a cuya cabeza estará Santander, no porque lo abrace de corazón ni principio, sino para oponerse al presidente, que no quiere saber nada de ello. En segundo lugar, una separación o división de la república en cuatro Estados independientes: Venezuela, Cundinamarca, el Sur y Cartagena, a favor de cuyo sistema habrá una facción muy poderosa y que Bolívar también abrazará, en caso de que los miembros de la Gran Asamblea no se inclinen a entrar en sus ideas de centralismo, ayudado por una fuerte y vigorosa forma de gobierno, que tenga un vicepresidente como jefe de cada departamento, a fin de preservar la integridad de la unión y hacer efectivas las leyes del Congreso y las órdenes del Gobierno. Además, para respaldar a estos jefes en el ejercicio de sus funciones, sería un requisito establecer cuerpos de tropas en ciertos puntos de la república, así como otros modos de vigorizar el sistema. Él considera que este sistema es el más apropiado para el estado actual del país y para el carácter general y genio de sus habitantes. No creo que sea sancionado ni tenga muchos defensores: en realidad es muy difícil decir en qué terminará la reunión. Si no en la federación, que, dicho sea de paso, es de lo que más habla la mayoría, aunque creo que pocos saben qué sentido tiene, los Estados independientes serán el destino de esta mal forjada república y pueblo formado a medias. Las cosas en el sur de Colombia parecen ir muy mal. Guayaquil se ha declarado inequívocamente por un gobierno federal y amenaza, si tiene oposición, ponerse bajo la protección del Perú. Ha elegido sus propias autoridades en oposición a las de la sede del Gobierno, y ha creado nuevas leyes financieras, aranceles sobre importaciones y exportaciones y, de facto, puede considerarse que se ha separado de la república. Así, pues, están las cosas por ahora. No ha llovido. Termómetro, 21° a las 7, 25 a las 12 y 24 a las 4.