Visité al general Páez, y me entrevisté con él durante una hora. Como consecuencia de la aparición de esta escuadra española en la costa, y como la seguridad de los delegados que vayan a Santa Marta o Cartagena sería algo precaria, me preguntó que si llegase a La Guaira un barco de guerra británico que fuera a dirigirse a sotavento, el capitán querría llevárselos. Le contesté que no lo sabía, y que con mucho gusto averiguaría hasta qué punto estaba en su poder hacerlo pero, que en primer lugar, necesitaba una solicitud oficial del general (que me autorizase a obrar así), para poder comunicarme con cualquier capitán de barco de guerra británico que visitase el puerto y no perder tiempo en notificarle la respuesta a S. E.

Celebré el cumpleaños de mi amada madre, quien en el día de hoy entra en su año número 85. Que Dios la conserve durante los 16 que vienen, pues con tal bendición y la indulgencia del cielo más allá de los setenta años de vida mortal, todavía espero disfrutar de una buena porción de los 16 con este amado objeto de mi amor filial. Fue una fiesta bastante concurrida para brindar por su salud &1; —16 personas— y todo salió a pedir de boca en su honor. Termómetro, 26° a las 6, 23 a las 12 y 22 a las 4. Hoy llegó a La Guaira a las 4 el buque correo Henry Freeling.