No hay noticias políticas. Preparé un despacho (Nro. 10) para lord Aberdeen, del que se encargará el capitán del Mediterranean Packet, que debe zarpar para Liverpool el día 8. Tiempo caluroso y pesado. Recibí carta del coronel Rola, fechada en Maracay el 25 último, que me dice que todo está tranquilo en el sector rebelde, y que el general Páez regresará pronto a Valencia, donde me espera y acomodará una casa con este fin. Me envió, entre varios documentos políticos referentes a asuntos públicos tanto aquí como en Cundinamarca, el oficio adjunto, que es tan curioso como interesante, sobre el tema de la monarquía colombiana y el Libertador.
República de Colombia. Oficina del Secretario general del Libertador. Cuartel general en Popayán, a 22 de noviembre de 1829.—19.
Al Honorable Ministro de Estado en la Oficina de Relaciones Exteriores.
Señor: Mientras marchaba de Guaranda a Ambato, tuve a honra recibir la importante comunicación confidencial del Ministro de V. S. fechada el... de..., que fue entregada por el comandante Austria; y en Patia el fragmento de la nota oficial dirigida por el Conde de Aberdeen, Secretario Principal de Relaciones Exteriores del Gobierno de S.M.B., al señor Campbell, Encargado de Negocios, fechada el 8 de agosto. He informado a tiempo a S. E. el Libertador Presidente de su contenido; y no hubiera aplazado su contestación si no hubiera sido por la dificultad de encontrar un canal seguro. Pero habiéndose felizmente restablecido la tranquilidad de estos departamentos, y después de profunda meditación , S. E. me ordena que responda a V. E. que juzga ya demasiado adelantados los pasos que ha dado el Consejo de Gobierno con respecto al tan arduo y delicado asunto de las sociedades humanas, y de cuyo éxito depende toda la prosperidad o todas las desventuras de la patria; que por mediación mía han sido informados el pueblo colombiano y el Consejo de Ministros de la resolución de S. E. de invitar a la nación a expresar libremente sus sentimientos referentes al sistema político que debería establecerse, siendo de opinión que el Congreso cumpla los deseos del pueblo constituyente; y que siendo la naturaleza de este asunto completamente opuesta a esa resolución, y pareciendo ser, además, una usurpación de las augustas funciones del Congreso convocado para deliberar sobre la organización de un Gobierno nacional, el consejo de S. E. es, pues, «que ese organismo representativo abandone sus altos deberes y que la administración actual suspenda todo procedimiento tendente a adelantar la negociación pendiente con los gobiernos de Francia e Inglaterra». El Libertador opina que su propia obligación, la del Consejo y la del pueblo colombiano, se reducen simplemente a mantener informado al Congreso sobre los intereses verdaderos de la nación y, hecho esto, someterse ciegamente a sus decisiones, como el único medio que puede concordar universalmente con todos los individuos y clases de la sociedad. Por estas y otras consideraciones, S. E. me ordena asegurar solemnemente al Consejo, como ahora lo hago en su nombre, que no reconocerá como acto propio de S. E. ningún otro que no sea el de su sumisión como ciudadano al Gobierno dado por el Congreso Constituyente, y que de ningún modo aprobará la menor influencia que la administración actual haga pesar sobre ese organismo. No obstante, S. E. no deja, al mismo tiempo, de reconocer e incluso admirar, cuán grande ha sido el esfuerzo patriótico y el heroico valor con que el Consejo ha emprendido, para beneficio de la República, una empresa tan riesgosa, y se ha empeñado en el más peligroso asunto que pueda ocurrir en los anales del gobierno. Por la misma razón S. E. me ordena agradecer al Consejo de Ministros su sacrificio que, si no logra un fin satisfactorio, podría ser la causa del más cruel de los compromisos para los miembros que lo componen. Con sentimientos de perfecto respeto, me suscribo de V. E. su muy obediente servidor. (firmado) José de Espinar Por copia.—Miranda, Funcionario Principal de Relaciones Exteriores