Hoy a las 2 regresó de La Guaira el señor Lievesly. Venía acompañado por el cónsul holandés (el señor Ellout) quien dice encontrarse en un dilema pues vino a Venezuela con su cargo reconocido por la república y creía que lo sería, como lo es el nuestro, por el nuevo estado de Venezuela. Pero como el tratado concertado entre S. M. de los Países Bajos y la gran República no se había hecho público si bien se había firmado, naturalmente este gobierno no puede permitirle que desempeñe sus funciones de cónsul si no lo reconoce como independiente su real amo; y se irrita y se ofende sin razón ostensible. El señor Lievesly me ha informado que el recién llegado cónsul británico a Puerto Cabello (el señor Wall) así como su familia han tenido la consabida fiebre cruel, y además esta persona de autoridad se cayó del caballo el 4 de julio y se rompió el brazo. Se dice que ese día había comido con el Tío Sam. Esta noche conocí al holandés en casa de Mocatta. No parece gran cosa.