Mi día natal. En este día, hace doce meses, me embarqué a bordo del North Star de nuevo rumbo a este mundo. Permita Dios que pueda seguir existiendo en cada uno de los próximos aniversarios, que pueda embarcarme hacia otro, ya sea el viejo mundo, o el de los cielos. Si la soledad, el confinamiento solitario, llevan al hombre a percatarse de sus pecados y de su maldad, mi estancia actual aquí puede considerarse como cualquiera de los dos —no, como los dos—, de modo que sin duda (por lo menos así lo espero) el exilio puede resultar espiritualmente bueno a fin de cuentas.