¡Oh! Qué escena de pesar y destrucción he presenciado en casa de los Aldersons. La pobre señora exhaló su último suspiro a las [?] y cuarto de la tarde, dejando 6 niños para llorar semejante pérdida a tan temprana edad. El padre está ausente, y cuando reciba la terrible noticia el golpe será muy duro. La señora Alderson era una esposa inestimable y madre ejemplar. Hasta donde alcanzo, he hecho todo lo posible para disminuir la aflicción y prestaré toda la ayuda que posea para hacer los arreglos necesarios que se deben a la memoria de esta pobre señora. Mañana la entierran a las 5 p. m. en la finca de Chacao. Este melancólico acontecimiento es para mí diez veces más entristecedor, pues me ha hecho pensar en la escena en casa, y en mis enlutadas hermanas.