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Capítulo VII El General Páez Presidente
1831 enero 01 - 1832 octubre 26
El General Páez Presidente
1831 enero 01 - 1832 octubre 26
Subcapítulos

Las señoras mayores, los negros viejos y los jóvenes y viejos del sexo más negro [sic], sin olvidar a los descontentos políticos y religiosos, están locos de alegría por el regreso del jefe de su diócesis: las primeras por sus almas, los otros no saben por qué, y todos los últimos (salvo los descontentos), por las absoluciones, dispensas y otras amenidades tanto dentro como fuera de la iglesia. Con respecto a los descontentos políticos, que se cuelgan de las faldas de su reverendísima, le miran como una especie de instrumento para su descontento, así como para discusión y venganza. El prelado está hecho a la medida para que así se le considere y use: es orgulloso, autoritario, estrecho de miras, apasionado, fanático, así como, por supuesto, intolerante hasta el más alto grado. Por la noche, con sus cofrades, juega, le gustan ocasionalmente los fluidos de la viña y, en otros tiempos, las mujeres. Ha empuñado la lanza y más de una vez liquidó a su enemigo en los sangrientos días de la revolución. Sí, y desde estos días de muerte y devastación, de igual manera ha enviado al suelo de la Asamblea Nacional de Colombia o de su palacio episcopal, con sus propios puños, a quienes se atrevían a disentir de sus opiniones. De hecho, es un verdadero padre de la religión que profesa, en su viciosamente flexible estado actual de impureza. Esta noche eran muchas las luces que brillaban en las cornisas y balcones de su palacio, mucha música, tanto dentro como fuera, junto con comida y alegría, aparentemente. Eran las 10 de la mañana cuando hizo su nueva entrada en Caracas, montado en una mula y precedido por hombres ¡que portaban hojas de palma! mientras se echaban flores a sus pies. ¡¡Nada profano ni presuntuoso en todo esto, por supuesto!! Gran algarabía en todas las iglesias; las campanas repicaban, los órganos sonaban: cánticos, música, oraciones. Fue a la casa de Gobierno al llegar y según me dicen se juramentó en debida forma.

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