Anoche se celebró una reunión de las dos cámaras del Congreso en vista de que el ejecutivo ha solicitado poderes más plenos para levantar una fuerza lo suficientemente poderosa para liquidar de una vez la revuelta en el cantón del Alto Orinoco y la provincia de Guayana, la cual, por lo que se desprende de la carta del vicepresidente a las cámaras, parece estar ganando impulso. Como resultado, anoche el organismo legislativo decidió que la milicia nacional se compusiera de 8.000 hombres, además de todos los demás requisitos en dinero y otras necesidades que la fuerza pueda requerir, y que este decreto se ejecute inmediatamente. Los generales Soublette, Páez y Montilla cenaron conmigo, al igual que el encargado americano, el cónsul francés y Monsieur [Jean Baptiste] Dalla Costa. La cena fue bien, y se jugaron unas cuantas manos de Whist, y así terminó, agradablemente, sin una palabra de política ni del estado de las cosas; pero Páez sale para el Apure a hacerse cargo del mando principal. Codazzi, ese activo y eficiente oficial, ya ha marchado, de modo que espero que dentro de un mes o seis semanas, gracias a las rápidas medidas tomadas, todo estará sofocado y el cabecilla ahogado.