Viento fuerte pero favorable; el señor Morier todavía no llega. Visité al capitán Gambier, quien me informó que sus instrucciones eran las de desembarcarme en La Guaira, información esta que me ha dado gran placer, pues tenía entendido que debía ponérseme en tierra en Barbados, lo cual me hubiera producido gran retraso y molestias. El señor Morier llegó a las 12 —poco después de lo cual sonaron las campanas para señalar su arribo— y transcurridas aproximadamente unas dos horas, recibí la nota siguiente:
Que sea del agrado de Vuestra Señoría. Los campaneros se permiten congratular a Vuestra Señoría. Salud y felicidad. De vuestros muy Humildes Servidores, los Campaneros.
Le dije al badajo 1((...) tongue en el original, subrayado por R.K.P. Entre las diversas acepciones nos inclinamos por badajo, que conserva la ironía implicada en el subrayado del autor. En todo caso, campanero principal) principal que no quería que se me incluyera en el repique ya tocado, puesto que yo había llegado hacía ya varias horas, y solicité que se me considerase excluido. Al mismo tiempo les entregué medio soberano por su amabilidad y buen corazón, suplicándoles no dar ni un campanazo por mí, pues no tengo el honor de ser el ministro plenipotenciario de su majestad. En menos de media hora resonó el campanario y, por el ruido, debe de haber sido un Bob Major 2(Patrón especial de un repique de campanas. De acuerdo al número de estas usadas en el toque, estos se definían como Bob Minor, tocado con seis campanas; Bob Triple, con siete; Bob Major, con ocho; Bob Royal, con diez; Bob Maximus, con doce) Visité al señor Morier, quien me dijo que tan pronto como llegase el mensajero del Foreign Office nos embarcaríamos.