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Capítulo II Venezuela tierra turbulenta
1825 noviembre 27 - 1827 enero 07
Venezuela tierra turbulenta
1825 noviembre 27 - 1827 enero 07
Subcapítulos
Caracas

Júzguese mi sorpresa y decepción cuando uno de mis mensajeros regresó con noticias del señor Hurry de que la Galatea había zarpado durante la noche del 6. No encuentro otra razón para esta repentina maniobra sino la gran caída de lluvia que duró más o menos diez horas. Vino a verme el coronel Smith con la noticia de que tenía entendido que el marqués del Toro había recibido carta del general Bolívar, fechada en Lima el 6 de marzo, en la que decía que iba a salir de allí en breve con destino a Panamá. Visité inmediatamente a S. E. para pedirle que me la dejara ver. Me dijo que era una carta personal y que no podía. Le dije entonces que lo único que quería saber era la fecha en que el presidente había salido de Lima y lo que decía en cuanto a sus futuros movimientos, de modo que pudiera calcularse su llegada aquí, ya que era necesario que yo le comunicase a mi gobierno cualquier asunto oficial que pudiera procurarme. Al igual que el intendente, me aseguró que no se haría cambio alguno de los funcionarios con autoridad (hasta la llegada del Libertador), ni de ninguna parte de las regulaciones existentes del país. Que confiase en que nada grave sucedería, pues la presencia de Bolívar devolvería la paz y la confianza a todos. Por esta aserción general y ardiente de que todos los deseos son de amistad y paz por parte de los jefes [Páez y Mariño] hacia Mendoza y Toro, me temo mucho que les estén engañando y que la gente del general Páez está dando a la otra una falsa seguridad hasta que haya madurado más un plan para lograr un cambio y que, por otra parte, el intendente está acelerando secretamente la llegada del presidente por medio de mensajeros.

Entiendo que no es probable, asociado como está ese jefe [Páez] con el doctor Miguel Peña #002-0095 (que es su consejero), que la llegada de Bolívar sea el momento de hacer las paces, sobre todo porque el 31 de marzo la cámara de representantes, por una mayoría de 44 votos, decidió enjuiciar a Peña, ministro de la Corte Superior de Justicia. Este señor está en Valencia desde hace algún tiempo, bajo la nube de la malversación. Se le acusa de un desfalco al tesoro público en el transporte de 300.000 dólares —parte de la suma destinada a los agricultores por decreto del Congreso— del tesoro de Cartagena al de Venezuela. Se dice que el desfalco asciende a unos 25.000 dólares. La acusación está a punto de empezar legalmente y, por lo tanto, no es probable que un tal consejero recomiende al general Páez medidas susceptibles de debilitar su poder, o ponerse tácitamente bajo el juicio o la voluntad del presidente y el ejecutivo. El barón de Humboldt, sobrino del barón Alejandro, dice que Páez había escrito al cabildo de esta ciudad diciendo que aceptaba el mando únicamente para evitar confusión y sangre, que hubiera sido el caso si no hubiera cumplido los deseos del pueblo de Valencia y sus alrededores; pero que renunciaría a dicho mando a la llegada de Bolívar si así lo deseaba este. Al mismo tiempo, había apelado a las autoridades del cabildo de Caracas para que siguieran el ejemplo de sus hermanos de Valencia por las razones antedichas, y había escrito casi lo mismo tanto al gobierno de Bogotá como al presidente Libertador como excusa para haber retomado el mando principal. Esta es la declaración modificada que dio, pero creo que pronto estaré más seguro, pues se me han prometido algunos de los documentos originales, que no son ni tan moderados ni tan modestos. Termómetro, 24, a las 4. Hacia finales del día un sirviente me trajo el extracto de la carta que supuestamente fue escrita al marqués del Toro, y que S. E. me enviaba:

Lima, le 6 Février. Il n'y a que trois jours que je suis arrivé ici, je partirai toute suite pour Guayaquil, et de là à Panamá où mon devoir m'appelle dans tout le mois de mai. Peut-être j'irai à Bogotá avant d'aller à Caracas, mais bientôt j'aurais le plaisir de vous embrasser.

Tengo muchas dudas sobre la autenticidad de este extracto. Nous verrons. No obstante, el general Toro lo ha firmado como verdadero: ¿que faire alors?

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