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Capítulo II Venezuela tierra turbulenta
1825 noviembre 27 - 1827 enero 07
Venezuela tierra turbulenta
1825 noviembre 27 - 1827 enero 07
Subcapítulos
Caracas

A pesar de que he estado atormentado por violentos dolores de cabeza durante los últimos seis días, de todos modos me las he arreglado para terminar todos mis asuntos, y esta mañana asistí a la reunión de los diputados municipales. La asamblea se celebró en el edificio de la iglesia de San Francisco. Presidía el intendente doctor Mendoza y hubo gran asistencia, creo que casi un millar de personas llenaban la iglesia, y nunca fui testigo de tanto silencio y orden en una tal reunión, lo que demuestra una vez más el carácter tranquilo de la gente. A las 11 se abrió el debate al leerse la minuta de los del día anterior, que firmaron los diversos miembros de los distritos aledaños. Se leyó luego una petición presentada por el síndico señor Iribarren, en la que decía que las provincias que se habían declarado separadas de la sede del Gobierno eran Quito, Cuenca, Guayaquil, Panamá y Cartagena, y que un tal señor Guzmán había ido a esos lugares cargado con poder y documentos muy extraordinarios del presidente de la república, a causa de los cuales pensaba que las libertades y la gloria de la nación estaban profundamente comprometidas. Hubo gran discusión en cuanto a si tenían los poderes para tomar su substancia en consideración. No obstante, al querer retirar su petición esto fue denegado, y luego se volvió a discutir, esta vez sobre si debía permitírsele que se explicara. Se decidió afirmativamente. Declaró entonces que él, junto con doce miembros y ciudadanos que identificó (todos en presencia del general Páez), asistieron a enterarse del objeto de la misión de Guzmán, quien declaró que Bolívar le había dado poderes e instrucciones que debía desarrollar oportunamente, pero que tenía que informarles que el presidente le había dicho que estaba decidido a no regresar nunca a su país como presidente constitucional, porque al hacerlo quedaría mancillada, etc., la gloria que había conquistado. Y como respaldo no solo a esta aserción sino también a que Bolívar deseaba e intentaba darles a los colombianos la Constitución Boliviana, solicitó que todas aquellas personas, a saber Páez, el intendente, el doctor Yanes, R. Ribas y alguien más, que habían recibido cartas del Libertador, así como todos los demás documentos tendentes a este enfoque, deberían comparecer como prueba, y, además, que podría quizá pedirse al jefe Civil y Militar, que ordenase la comparecencia del señor Guzmán. Esto se aprobó por unanimidad: el pueblo mostró gran calor y satisfacción. Dos representantes del organismo fueron designados para que se hicieran presentes ante su excelencia con este propósito, y la reunión se disolvió hasta el día siguiente. La oratoria fue mejor de lo que había pensado, y no dudo que prevalezca el buen sentido cuando las partes estén más profundamente enfrascadas en la discusión de este extraordinario asunto. El intendente es poderosamente prudente y lleno de excelente sentido común. La sesión terminó a las 3. Termómetro, 22 a las 7 y 24, a las 4. No ha llovido.

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