Visité al coronel Carabaño con la presentación del comodoro Beluche. El coronel ha sido enviado por el general Páez como representante suyo en esta ciudad, de hecho como segundo del Estado. Mi visita fue puramente política, a fin de mantener buena impresión y entendimiento sobre las autoridades del gobierno y entre ellas y yo. Parece persona astuta y cautelosa, ha pasado algún tiempo en Europa, habla francés y conoce bien el valor de las opiniones políticas transatlánticas. Por él me enteré de que la proclama de Bolívar que circula por la ciudad provino, en efecto, de la sede del Gobierno, pero como no vinieron con ella detalles públicos ni privados de la llegada del presidente, él cree que es un invento salido de la pluma del secretario de relaciones exteriores. Habló de Bolívar con gran veneración y respeto, diciendo que sin lugar a dudas era el único hombre que tenía a toda la nación con él, y que no había duda de que aquellas personas que se dicen sus amigos, y obran bajo la sanción usurpada de su aprobación, han hecho todo lo que han podido (por sus actos repetidos de política absurda) para disminuir a los ojos del pueblo en general tanto sus talentos de grande hombre como el amor real por su país. Son testigos de ello la conducta del general Bermúdez, y las aún más recientes medidas adoptadas por el general Briceño Méndez' class='cs6-c entry-index'>Briceño Méndez. Por una parte, Bermúdez, después de abrir las rojas venas de la discordia, ha proclamado dictador a Bolívar e intenta establecer esta autoridad por la fuerza dentro de los límites de su distrito. Por la otra, Briceño Méndez' class='cs6-c entry-index'>Briceño Méndez, por medio de la intriga, se ha apoderado de una de las más sólidas fortalezas de la república, y como su compañero de armas, también ha mancillado las espadas de su guarnición con la sangre de sus compatriotas, proclamando su determinación de mantenerla (a pesar de cualquier esfuerzo que pueda hacerse), no para la república sino para Bolívar, hasta cuando su autoridad y la decisión de la Gran Convención se den a conocer. El general Páez ha iniciado correspondencia con el actual comandante, de cuyos particulares no logré enterarme, pero creo que no hay duda de que si no se logra una solución amistosa, ejercerá toda la energía y poder militar que posee para hacerse el amo. Considera a Venezuela como Estado independiente y, por lo tanto, obra como jefe supremo del gobierno hasta que se nombren legalmente las autoridades constituidas. Una gran fiesta: La Concepción. Velada en casa de Mocatta. Termómetro, 22 a las 7 y 24, a las 4. No ha llovido.