Hoy a las 4 fusilaron al infortunado señor Valdez. Se enfrentó a su suerte muy firmemente y le vi marchar desde su prisión entre los instrumentos de su ejecución, la guardia, asiendo el crucifijo y orando muy fervientemente. Su vida, aunque breve, ha sido un tejido de robos y se dice que había cometido dos asesinatos, uno en Angostura y otro en Puerto Cabello. Que Dios le perdone, pues ya está frente a ese tribunal ante el cual debemos comparecer todos para responder de nuestros crímenes, grandes o pequeños. Esta ejecución tendrá un excelente efecto tanto en los blancos como en la gente de color: mostrará a aquellos que cuando un hombre honesto de verdad gobierna, la justicia sigue su curso, y a estos que el mismo héroe no permitirá que se hagan distinciones entre las personas. No presencié el triste final de este bien merecido castigo. Por las noticias de Bogotá parece que el general Santander está obrando en oposición directa al ejemplo de la conducta del Libertador, además de lo cual autoriza a los impresos públicos a insertar insultos abiertos y censura severa de los actos de Bolívar en Venezuela. Si el partido de Santander aumenta, así como su conducta imbécil, creo que pronto perderemos la presencia de su excelencia, y si todo no está bien y firmemente resuelto entre nosotros, temo una repetición de algunos de los acontecimientos recientes. No llueve. Termómetro, 24 a las 7 y 25 a las 4. Velada en casa del coronel Stopford.