Bush Hotel. Viento del suroeste, tiempo lluvioso y triste. Fui a ver al señor Thomson en Portsea para matar una hora, pues nunca el tiempo pasa tan fastidiosamente como cuando el cambio de viento es incierto. Cené con lord William, y le acompañé junto con su esposa a un baile en casa del capitán Hayes, comandante del Ganges. Estuvo muy bien y muy alegre para Portsmouth. Caras bonitas, pero no belleza: lady Paget era sin duda la única persona encantadora del grupo. Le seguían las señoritas Seymour y Elliot. Las primeras son hijas de sir Michael Seymour, comisario de los astilleros. Dejé a los invitados cuando iban a comer a la una.