Fui a ver al presidente para hablarle sobre el tema de la renuncia del señor Michelena y los arreglos entre Páez y Monagas. Parece haber razones por las que el comandante en jefe hizo un acuerdo en condiciones que ciertamente están bien lejos de lo que el público pudiera creer, pero que hacían necesario un arreglo. Sin embargo, yo creo que pudo haberse hecho uno menos ventajoso para los rebeldes, los cuales, si hay que creer los relatos oficiales publicados, habían quedado reducidos a nada. Su Excelencia deseaba tener una conversación más privada (porque había muchas personas con él), y quedamos de acuerdo en tenerla en mi casa mañana a las 10 de la mañana. Los 1.200 hombres de infantería que llegaron de Barcelona bajo las órdenes de Piñango se quedarán aquí hasta nueva orden.