Atareado todo el día desempaquetando. Comí en casa del señor Alderson, donde conocí un amplio grupo de personas y a un tal señor Jackson que pertenece al personal civil de sir Ralph Woodford 1(Gobernador de Trinidad. Era muy impopular entre los republicanos venezolanos por haber deportado a los patriotas que se habían refugiado en ella y por haber impedido el desembarco de otros. Ver: O’Leary. Narraciones, vol. I, pp. 176 y 237) en Trinidad. El señor Mocatta me comunicó esta noche que el señor Stahl, el dueño de la posada, insiste en ver su autorización legal para actuar en mi nombre en el asunto este de la cuenta exorbitante. Este hombre está evidentemente ansioso de que sus molestias sean pequeñas y por eso me aconseja que pague al mesonero y terminemos con el asunto, sobre todo porque Stahl ha solicitado al editor del periódico local que publique algún párrafo desagradable y seguramente insolente con respecto a mi negativa a pagarle.