Nada más relativo a la llegada de Bolívar. Fui a ver al doctor Mendoza por la noche. Está en La Guaira, pero su esposa me mostró una carta del general Soublette que corrobora todo lo que me dijo Wilson en la suya del 16 último. No ha llegado el paquebote: ya está atrasado más allá de las seis semanas que estipula la oficina de correos [británica] de Falmouth a La Guaira. Aunque el nerviosismo y su retraso son tediosos, de todos modos tengo un consuelo para cuando llegue el barco; y es que estará mucho más cerca la llegada del correo de octubre. Así deberíamos consolarnos en esta vida con cosas de mayor importancia cuando todo no nos agrada. El señor Alderson, que alquila una hacienda de Páez, cenó conmigo. Hace seis meses que no ha salido de ella, y se queja del decreto de Bolívar sobre alcabalas, pero como está relacionado política y amistosamente con algunos de los decepcionados y descontentos de entre los recientes revolucionarios, no es sorprendente. No ha llovido. Termómetro, 23° a las 7, 25 a las 12 y 24, a las 4.