Nada nuevo. Despaché mi correo a Bogotá. Hoy se fue Briceño Méndez de esta, según se dice para Ocaña, pues es delegado por Mérida, pero lo dudo mucho y creo firmemente que va a la capital a encargarse del Ejecutivo durante la ausencia del vicepresidente en Ocaña y Bolívar aquí, pues pienso que pronto estará entre nosotros, como igualmente pienso que si las cosas en la Gran Convención no salen como él desea, abandonará el país a su suerte y, por lo tanto, estar en Caracas es estar más cerca del punto de embarque que en Bogotá. Además, Cundinamarca está definitivamente por Santander, y si se declarase Estado independiente, él se encontraría atrapado allí. Aquí, si lo deseara, sería nombrado jefe de esto, en caso de que se declarase la separación e independencia de los otros. Hoy se debe instalar la comisión de policía, a saber el general Arismendi presidente o jefe, los generales Clemente y Escalona miembros, y el doctor Urbaneja consejero o funcionario legal. Un tal señor Briggs y el doctor Smith comieron conmigo. Termómetro, 22° a las 7, y 24 a las 12 y a las 4.