Anoche a las 7 llegó el buque correo a La Guaira y esta mañana a las seis recibí mis paquetes. Otra pérdida irreparable ha caído sobre mis destinos rusos con la muerte de la inestimable emperatriz madre, quien, tan amable y condescendientemente, había tomado bajo su protección a mi querida niña, al fallecer mi Marie. Que se haga la voluntad del cielo: pero no puedo perder tiempo en ir a San Petersburgo a ver a mi hija y colocarla, espero (por lo menos hasta que se aclare mi destino futuro), bajo el techo de su abuela y el afectuoso cuidado de sus queridas tías. Alabado sea Dios por estar todos bien en Esher. Muchos documentos del F. O. y no poco trabajo en mi correspondencia privada. El paquebote tardó 40 días de Falmouth a Barbados.