Sigue igual la ansiedad en cuanto a la fuerza española. Una fragata y otros dos buques estuvieron navegando frente a La Guaira en la distancia todo el día de ayer y de hoy. Ayer atacaron de nuevo a Cisneros y se envió un refuerzo de 200 hombres de aquí al punto de reencuentro, y llegaron justamente cuando los ladrones estaban empezando a ceder, y estas tropas descansadas se lanzaron a su persecución, lo que hace esperar un resultado positivo. Se dice que el jueves pasado se interceptó una carta de Cisneros dirigida al alcalde (la llevaba un indio), en la cual le decía «que se le había agotado casi completamente la pólvora, y que si él [el alcalde] no le enviaba más, no podía intentar hacer ningún progreso contra las tropas que se habían enviado a oponérsele». Como consecuencia de esto y en vista de la información recogida sobre el lugar de donde el nativo había traído la misiva, se despacharon los 200 hombres, que se le acercaron específicamente desde la carretera principal, en dirección de donde provenían los disparos.

Se esperaba definitivamente a Páez anoche, pues con seguridad había salido de Valencia el pasado miércoles por la mañana. Termómetro, 19° a las 7, 22 a las 12 y 22, a las 4.